Vampiros
Existen dos versiones de estos chupa sangres, ambas coinciden en seres nocturnos, que no soportan la luz del sol, le temen también a las cruces (raro que lo le teman a la estrella judía, o la luna árabe, algún problema étnico con los cristianos probablemente) y detestan el ajo (bueno a nadie puede besar a alguien con ese olor, así que se entiende). Los vampiros originales son seres horribles y pálidos (casi espectros, conocidos también como Nosferatus), los más modernos los representan como guapos hombres y hermosas mujeres (vampiresas). [Hay que señalar que el vampiro fue quien dio el nombre al murciélago sudamericano chupa sangre (Desmodus rufus) y no al revés].
Los infectados por los vampiros suelen ser conocidos como vampiros vivos y mientras terminan su transformación (mueren desangrados por sus amos finalmente antes de ser no-vivos) pueden vivir de día y servir a sus señores con la esperanza de que este les pronto de la vida eterna. Para matar a un vampiro se recomienda una estaca en el corazón para fijarlo a la tierra y no se levante más y cortarle la cabeza, por las dudas.
Un vampiro sudamericano es el Azeman, con forma de murciélago, son espectros femeninos, que de paso sólo buscan chupar la sangre de mujeres (algo de lesbianismo si prefieren), habita en las selvas de Surinam y Guyana. Se impide que entre a la casa colocando un par de escobas en forma de cruz en la entrada.
Corceles de fuego

Los caballos de fuego tiene su origen en los corceles que tiraban del carro del sol. De colores blanco, oro y escarlata, con crines y colas de fuego. Algunas versiones les incluyen alas como Pegaso, para justificar así su recorrido en el alto cielo. Entre los más famosos de estos equinos destacan los caballos de la diosa
Eos (la aurora y auriga del sol):
Eoos (Æos, que pinta el cielo con rojos), Abraxas (significa en letras griegas: 365, el número de los días del año), Phæton (en honor al hijo muerto de Helios el sol, significa brillante) y Amathea (está todo sereno). Le siguen los corceles del propio dios Helios: Pyrios (Peritoa, llama encendida), Æthion (color del rojo fuego), Erythreus (cubre todo de rojo) y Phlegon (incendio dorado); finalmente los caballos del dios Apolo: Lampos (antorcha) y
Actæon (ardiente). También se citan entre los caballos solares a:
Bronte (trueno),
Asterope (ojos que brillan como las estrellas),
Chronos (tiempo) y
Puroeis (calor ardiente), entre otros. Todos los nombres son imágenes del fuego solar.
Furias o Erinias

En el grupo de elementales alados, pero con alas de murcielagos o dragones, podemos incluir a las
Furias (romanas) o
Erinias (griegas), llamadas por los mortales como
Euménides (las Benévolas). Se las suele hacer hijas de la
Nix, la noche, pero en otras versiones son descendientes del río infernal
Aqueronte y de la laguna
Estigia. Sus nombres son
Aleto, Tisifona y
Megera, y representan la culpa, el arrepentimiento y el remordimiento de los hijos por ofender, desobedecer y atentar contra los progenitores, principalmente la madre. En algunas descripciones se las asemejan a las
gorgonas, por tener serpientes en lugar de cabellos.
0 comentarios:
Publicar un comentario